Tremendo éxito ha resultado ser la última película protagonizada por Edgar Ramírez y no nos referimos a la saga de Jason Bourne, sino a la más reciente película del director venezolano Alberto Arvelo, Cyrano Fernandez. Basada en el drama heroico francés de Cyrano de Bergerac, esta producción venezolana cuenta con las abominables y noveles actuaciones de Jessica Grau y Pastor Oviedo. Ambientada en los ya trillados barrios de Caracas se desenvuelve el empalagoso drama que entre versos ridículamente cursis y mal interpretados y un grupo actoral traídos del mismísimo infierno de los malos actores (si es que existe tal cosa) transcurre mas de hora y media de la mas cruel e infame película de los últimos años. ¿Tanto se subestima al publico venezolano que todo el absurdo melodrama de las telenovelas criollas lo llevan a la gran pantalla? Como dirían en mi pueblo: -No mejora el enfermo-. Siempre guardo esperanza en el cine nacional pero los creadores de esta país se esfuerzan con sumo esmero en triturármela. Algo que si debo destacar de esta “obra” es su fotografía, pero vamos que el público no solo va a ver fotografía, para eso están las salas expositivas. -Una de las mejores películas latinoamericanas de los últimos tiempos- leí por allí, de seguro el que escribió esta reseña no se digno a ver Ciudad de Dios, Carandiru, Estación Central, Plata Quemada entre otras que si son verdaderas joyas de la cinematografía latina.
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